En una Navidad diferente, hagamos regalos diferentes

Por Pau Abad

Desde el primer momento que vi la película cuando era pequeño (la de los Teleñecos, por supuesto), me hice fan de la historia que relata Canción de Navidad, de Dickens. El personaje de Ebeneezer Scrooge es, sin duda, un ser despreciable al extremo. Pero, de alguna forma, todos tenemos algo del viejo Ebeneezer.

Todos nos aferramos a cosas que nos terminan encerrando en nuestro propio mundo, principalmente el dinero, pero también otras obsesiones como las relaciones o la búsqueda de seguridad, estabilidad, comodidad… Hasta que llegan los fantasmas, nos ponen ante un espejo y nos preguntan quién nos recordará y por qué.

Canción de Navidad, de Charles Dickens, fue publicada en 1843. En la imagen, la introducción del capítulo IV en el que Scrooge se encuentra con el «Fantasma de las Navidades Futuras».

Parece que este año la Navidad no será como todos desearíamos. Reuniones familiares limitadas, cenas con amigos canceladas, las ciudades más apagadas, la economía lastrada… Pero si se nos apareciese el fantasma de la Navidad presente del año 2020, nos pegaría un tirón de orejas y nos diría que este año es único para vivir una Navidad mucho más cercana al espíritu de amor y generosidad que lo empezó todo hace 2.020 años.

Así que, ya que de todas formas vamos a vivir unas navidades diferentes, ¿por qué no empezar a hacer “regalos” diferentes? Aquí te doy cinco ideas muy concretas, pero confío en que seas una persona creativa y pienses en muchas más.

1. REGALA AGUA POTABLE A UNA ALDEA RURAL DE BENÍN

Siento empezar barriendo para casa, pero no es solo porque trabaje en GAiN, sino porque el proyecto Water For Life me parece una pasada ahora que conozco mejor todo lo que hay detrás de proveer un pozo de agua en los lugares más olvidados del planeta. Esta Navidad, estamos intentando financiar al menos un pozo de agua para toda una aldea en Benín (África). Puedes ayudarnos a lograrlo en: www.gain.org.es/agua

2. Regala tiempo a la persona más sola que conozcas

No confundas sola con solitaria. A veces, las personas que se sienten solas son aquellas con las que no apetece mucho juntarse por su forma de ser, y esa quizá sea la razón por la que están solas. Sea como sea, piensa en una persona y llámala o háblale en persona para quedar o llamaros en un momento más tranquilo e interesarte por su vida.

3. Regala un libro en español a un extranjero recién llegado

Al hacer algo así estás dando a esa persona el mensaje de que te preocupas por ella y deseas que se sienta acogida en este país. Por supuesto, que sea alguien que tenga problemas con el español y, a ser posible, de un país que no sea occidental.

4. Regala la factura de la luz en los meses de frío

Con la crisis económica provocada por la pandemia, seguro que conoces alguna familia que por su situación va a intentar limitar al máximo el uso de luz y calefacción a pesar del frío de enero y febrero. Si tu situación lo permite, ¿por qué no ofrecer a esa familia ayudarles con el pago de la luz de los próximos meses para que no tengan que pasar frío innecesariamente?

5. Bloquea las notificaciones y regala atención a los de tu casa

Las notificaciones las carga el diablo. Ese “bip bip” o esa lucecita que parpadea sin descanso y te está diciendo “ven, ven a mí, te estás perdiendo algo y puede que sea importante…”. En algún momento tendremos que aprender a bloquear las notificaciones y acudir a lo virtual solo cuando lo real no requiera nuestra atención. Navidad y en casa son el contexto ideal para empezar. Por cierto, si fuera importante y urgente te llamarían.

Espero que, tras leer esta reflexión, no digas como decía Scrooge: ¡Paparruchas! Y recuerda, nuestro futuro empieza mañana. Siempre.

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí

Mateo 25:34-36

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